jueves, 26 de junio de 2014

Se reactiva la página - RETO MENSUAL










A TODOS LOS ESCRITORES Y AFICIONADOS

Cosparty te invita al Concurso Literario Mensual de Cuentos temáticos. 
AQUI LAS BASES:

1)     En el concurso literario, podrán participar autores costarricenses o extranjeros. No es importante la edad.

2)     Cada autor podrá participar con un solo trabajo para cada tema.

3)     Los trabajos enviados deben ser inéditos y originales.

4)     El material deberá ser presentado con las siguientes características:

  1. Escritos en un procesador de texto, letra: “Times New Roman”; tamaño 12, con interlineado de  espacio 2,0.
  2. Extensión mínima de la obra 7 páginas y extensión máxima 14 páginas.
  3. Se debe enviar al email: josepablomb@gmail.com


5)     El tema del concurso cambiará mensualmente.

6)     El género establecido para el concurso es cuento.

7)     El período de recepción de trabajos se anunciaran mensualmente. Los plazos son improrrogables.

8)     Este concurso tiene como único fin brindarle retos a los amantes de la escritura para estimularlos a escribir y dar a conocer su trabajo con el público de nuestra página y blog, en ningún momento pretendemos hacer un concurso formal, con extensos reglamentos y grandes premios.

9)     En dado caso de que se tome la decisión de premiar o publicar algún cuento en alguna otra forma, se acordará con sus autores la mecánica, y estos tienen todo el derecho a decidir si participar o no y en que términos.

10)   Se publicarán en nuestro blog: http://uncuentoporsemana.blogspot.com/ los mejores 4 cuentos de cada mes, con su respectivo lugar (primer lugar, segundo lugar, etc)

11)   El jurado calificador estará integrado por tres administradores de nuestra página de Facebook cosplaypartycr.com

12)   Cosparty velará porque los trabajos presentados a concurso cumplan con las bases señaladas.

13)   El anuncio de los ganadores se realizará por medio de nuestro facebook:https://www.facebook.com/Cosplaypartycr?fref=ts y este blog antes mencionado.

14)   Los participantes, aceptan ceder el derecho de publicar y difundir su obra a Cosparty, esto de manera digital en sus redes, sitios web o cualquier otro medio digital, sin intenciones lucrativas. El autor mantiene todos los derechos comerciales y morales de su obra. 

Se reactiva la página - RETO MENSUAL



A TODOS LOS ESCRITORES Y AFICIONADOS

Cosparty te invita al Concurso Literario Mensual de Cuentos temáticos. 
AQUI LAS BASES:

1)     En el concurso literario, podrán participar autores costarricenses o extranjeros. No es importante la edad.

2)     Cada autor podrá participar con un solo trabajo para cada tema.

3)     Los trabajos enviados deben ser inéditos y originales.

4)     El material deberá ser presentado con las siguientes características:

  1. Escritos en un procesador de texto, letra: “Times New Roman”; tamaño 12, con interlineado de  espacio 2,0.
  2. Extensión mínima de la obra 7 páginas y extensión máxima 14 páginas.
  3. Se debe enviar al email: josepablomb@gmail.com


5)     El tema del concurso cambiará mensualmente.

6)     El género establecido para el concurso es cuento.

7)     El período de recepción de trabajos se anunciaran mensualmente. Los plazos son improrrogables.

8)     Este concurso tiene como único fin brindarle retos a los amantes de la escritura para estimularlos a escribir y dar a conocer su trabajo con el público de nuestra página y blog, en ningún momento pretendemos hacer un concurso formal, con extensos reglamentos y grandes premios.

9)     En dado caso de que se tome la decisión de premiar o publicar algún cuento en alguna otra forma, se acordará con sus autores la mecánica, y estos tienen todo el derecho a decidir si participar o no y en que términos.

10)   Se publicarán en nuestro blog: http://uncuentoporsemana.blogspot.com/ los mejores 4 cuentos de cada mes, con su respectivo lugar (primer lugar, segundo lugar, etc)

11)   El jurado calificador estará integrado por tres administradores de nuestra página de Facebook cosplaypartycr.com

12)   Cosparty velará porque los trabajos presentados a concurso cumplan con las bases señaladas.

13)   El anuncio de los ganadores se realizará por medio de nuestro facebook:https://www.facebook.com/Cosplaypartycr?fref=ts y este blog antes mencionado.

14)   Los participantes, aceptan ceder el derecho de publicar y difundir su obra a Cosparty, esto de manera digital en sus redes, sitios web o cualquier otro medio digital, sin intenciones lucrativas. El autor mantiene todos los derechos comerciales y morales de su obra. 

martes, 15 de octubre de 2013

Bajo Hipnosis

El parloteo de la secretaria hace pensar a Julia si fue una buena idea ir allí. También se lo hacen pensar las paredes despintadas del salón, ese temor inexplicable a los edificios tan altos y ese olor a miedo que hay en el aire, sin embargo no hay nada que perder.

Ya perdí lo que más me importaba en la vida, piensa Julia, perdí el amor justo después de empezar a vivir la lo que yo consideraba la felicidad, quedó solamente una casa vacía, un jardín que cada día va ocultando entre su maleza los momentos en que contemplaba el nacimiento de las flores junto a mi amado.
-Julia usted es la siguiente- dice la secretaria y señala la puerta del consultorio. Julia toma su bolso y mientras asiente con la cabeza camina hacia el doctor que espera en su escritorio.

-Señorita, ¿es la primera vez que viene a una sesión de hipnosis? -

-Si- responde Julia,- mi psicólogo me recomendó tomar unas sesiones, dice que aparte de la reciente muerte de mi esposo hay otras cosas pasadas que no recuerdo y que me afectan emocionalmente-

-Empecemos entonces- el doctor señaló el sofá reclinable, -por favor póngase cómoda y escuche atentamente lo que voy a decir-

El doctor comenzó su rutina de hipnosis hasta lograr que Julia quedara dormida, pero alerta, entonces el dejo su péndulo a un lado, para empezar a tomar apuntes sobre lo que Julia decía.

-Julia, ¿Dónde estás?-

-Estoy en el jardín de mi casa, estoy escondiéndome entre los arbustos-

-¿Cuántos años tienes Julia?-

-Tengo 9 años, espera no puedo hablar muy alto me van a encontrar-

-¿Con quién estás jugando Julia?-

No logro ver su cara es muy alto, me arrastro despacio debajo de los arbustos, hasta alcanzar un árbol que está cerca de la bodega de herramientas, oigo sus pisadas, y siento como se enoja cada vez más al no lograr encontrarme. Da tres pasos y se queda observando, mientras él se acerca veo que el cielo se empieza a oscurecer, todo parece muy extraño.

Mi corazón empieza a acelerarse cada vez más, siento como late en mis oídos y en mi cabeza, tomo aire y corro hacia la casa, lo siento detrás de mí pasa, la puerta de la sala justo después que yo lo hago, corro escaleras arriba y me escondo en mi habitación debajo de las sábanas de la cama. Ahora en plena oscuridad solo logro oír pasos afuera que llegan justo hasta la puerta de mi cuarto, oigo como gira la perilla y pienso en lo tonta que fui al no cerrarla; el corazón quiere salirse de mi pecho sin embargo sigo inmóvil sobre la cama.

¿Julia, estás dormida? Pregunta la voz, y caigo en cuenta que es mi padre, que tengo 26 años y no entiendo que pasa.

-Aquí estoy, me quede dormida, entra por favor.-

Él entra en la habitación, sin encender la luz, y se sienta en mi cama.

-Estaba esperando a que me dejaras entrar, dice él sin mostrar su rostro, siempre había esperado que vinieras a la casa así de esta manera, para poder ayudarte.

Empiezo a sentirme mareada y la voz de él se hace lejana.

-Julia, es hora de que vayas con Esteban, míralo está en aquella puerta-

No puedo creerlo es mi esposo, estaba aquí, siempre ha estado aquí. Mi felicidad regresa mientras la habitación en la que me encuentro empieza a caer sobre mi cabeza y el hombre que estaba sobre mi cama empieza a transformarse en una salamandra de piel viscosa pero con cara de humano.

-Esteban, Esteban, por favor espérame.

-¡Julia! ¡Despierta!, dice el doctor,

-! Julia, es momento de que despiertes, estás mezclando la realidad!

Ella abre los ojos, los cuales se ven desorbitados por el pánico, el doctor le dice que todo está bien pero ella contesta:

-No doctor, ahí está Esteban, usted lo trajo a mí, tengo que ir con él y alejarme del demonio que me ha perseguido durante mi vida y que hizo que Esteban me dejara.

Entones Julia se levanta y corre directamente hacia una de las ventanas. Toma una lámpara de pie y golpea al doctor que trataba de tomarla del brazo, luego rompe la ventana, la brisa entra al doceavo piso y ella toma la mano de su amado que la esperaba al otro lado de la ventana junto al jardín que construyeron juntos.

Credito de Arte Fotográfico: 
José G. Arguello González


martes, 1 de octubre de 2013

30


por Mirhiel

Abrió los ojos al escuchar el despertador de su celular, la marcha imperial  de la Guerra de las Galaxias no sonaba diferente ese día, ni el sabor del café y el pan con queso que desayuno. El perfume de Elizabeth Taylor olía igual de bien que todas las mañanas. El papeleo de la oficina tampoco estuvo más divertido, los compañeros no la vieron con más o menos agrado.

No era tan trágico como la gente decía, la cabeza no le exploto, ni siquiera le dolió el estomago; el corazón no le latió más lento ni más rápido. Los zapatos no le apretaron más y tampoco le quedaron holgados. Tampoco perdió los kilos de más que tenia. Y aunque a medio día la ataco la paranoia y se asomo al espejo no tenía ni una sola arruga aun, por el contrario el maquillaje del día se le veía intacto y hermoso. 

Tampoco sintió que su vientre, que no había tenido ningún huésped aun, se empezara a secar.

A media tarde se quedo viendo las manos y tampoco se sentía mal por el hecho de que el único adorno era un bello anillo de plata que su hermana que había regalado meses atrás. Ninguna alianza de oro la decoraba y sonrió porque no sentía el más mínimo deseo de vestir ningún santo es mas se iba a comprar una joya o tal vez una pulsera de Tiffanys.

Su cabello seguía igual de negro, de lacio y de largo que de costumbre. El chocolate que se comió le supo igual de sabroso aunque el chocolate no fuera una de sus golosinas preferidas.

Sus ojos no veían más borroso que los últimos 7 años desde que tenía que usar anteojos para no sufrir migrañas frente a la computadora. El sonido del celular con varios mensajes de felicitaciones no le molesto ni la hizo sentir mal.

Más aun, la voz de él, sonó igual o más dulce que de costumbre cuando la llamo para desearle felicidades por sus 30 años y que el día anterior se lo había celebrado con sushi, regalos, compañía y besos. Fue en ese momento que se dio cuenta que por el contrario aun le hacía falta mucho por hacer. Tenía que comprar una casa, única deuda que deseaba, ya que nunca había tenido ni siquiera una tarjeta de crédito como todos los adultos que ella conocía. Aun tenía muchas películas que ver, libros que leer y escribir, música que escuchar, lugares que visitar, un hijo que criar, un perro que adoptar, comics que leer y dibujar, besos que repartir, pinturas que trazar, un jardín que cuidar, muchos brindis en donde levantar la copa. Diablos… aun había mucho por hacer. El día de su cumpleaños 30 el mundo no empezó a derrumbarse como había pensado, por el contrario se dio cuenta que todo había empezado.


Y quizás lo único que lamentaba es que fuera un lunes.

Credito de Arte Fotográfico: 
José G. Arguello González

martes, 24 de septiembre de 2013

IN LOCO PARENTIS

Por Chriss Ludilostrav

“En quince minutos, cariño” fue lo que, en forma de susurro, con voz afable y alentadora, llegó a los tiernos oídos del incauto y despreocupado niño que, precedido por un dulce beso en la frente, despedía en su puerta a la amada figura materna, que con paso lánguido e inaudible se perdía entre las sombras envolventes de la calle, se perdía entre la noche quieta, impávida y silenciosa, sin siquiera haber vuelto a ver hacía atrás.
    
“Asegura la puerta” fue lo que le pareció escuchar cuando una lámpara de gas se encendía, avisando que ya del día no quedaba sino un recuerdo, una luz débil que con timidez se filtraba aún por entre las cortinas. Había partido a atender algún asunto del cual un niño poco entendía y, por supuesto, poco interesaba.

     La puerta se cierra en medio de un doloroso y oxidado chillido, casi un quejido atormentado, que atravesaba la sala e irrumpía en los nervios del chiquillo, quien, ahora desatendido y confiado a la noche por su madre, recién se percataba de su soledad, la cual comenzaba a parecer planeada, siniestra incluso, que atacaba la volátil y pueril imaginación con algunas varias ideas que estimulaban un temor irracional, que surgían de una fuente imposible de rastrear.

     Buscar una distracción, parecía ser ahora la solución indicada para enfrentar esos quince minutos de abandono que, muy probablemente se tornarían en una hora. Pero en aquel acogedor hogar, ahora un desolado refugio, muy apartado de la realidad, no parecía haber siquiera un despojo de una vieja complacencia. Ni juguetes ni libros representaban ahora un deleite capaz de apresurar el reloj, de hechizar las agujas y obligarlas a correr, tal y como siempre lo hacían cuando entre juegos y risueñas maravillas se esparcía el chico.

     Ante tal angustiosa situación, la razón perece frente a las multiformes sombras que se agitan en la oscuridad, las piernas flaquean, bailan conforme al ritmo de los sonidos extraños que la noche trae consigo, la cordura vacila, se acobarda cuando la mente se atreve a soñar, soñar ahora con el mar inquieto y turbio de ideas y pensamientos que estremecen la realidad, trastocan la percepción, y dibujan el miedo en su forma más clara y concreta, cómo sólo él lo conoce, como sólo usted o yo lo conocemos.

-          Me han dejado solo – dijo el chico con tono débil y dudoso, casi parecía una pregunta dirigida a su presente situación.
-          Te han dejado solo – devolvió una sombra en un eco, afirmando lo que el chiquillo se negaba aún a aceptar.
-          Pero en el día estuve sólo también – dijo con menor fuerza aún, llenando cada sílaba con inseguridad, quebrando el mensaje que intentaba expresar.
-          Pero ahora es de noche – interrumpió el viento antes de que pudiera siquiera terminar.

     ¿Quién comprende el terror infante? La maravillosa idea de estremecer la consciencia que una mañana
despertó la malintencionada malicia de adulto que dictó “ya es edad para comenzar a temer”. ¿Quién podría siquiera presumir de poder esbozar un mapa que pretenda, al menos, interpretar un horror disparatado, casi absurdo, que puede ser provocado por una infinita cantidad de estímulos inocentes? Todos conocemos el asombroso espanto de un niño, una mágica cobardía que transforma una sombra endeble, una muñeca estropeada o un animal insignificante en un delirio de pesadilla. “Temor de niño” etiqueto sabiendo que cometo un error, pues muchos de esos asombros no se despegan de nuestra mente hasta el último de nuestros días. Nos acompañan a través de la vida, guardando nuestras inquietudes con recelo, susurrándonos al oído el ingrato mensaje de “ya puedes comenzar a temer”.

     Pues allí, sólo, abandonado a merced de un demonio, inicia el preámbulo de la tragedia que todos hemos venido a presenciar. La madera del suelo cruje, pero no por sí sola, son pisadas, pesadas y sordas que se aproximan a su ubicación. Y en un segundo, la inescrupulosa imaginación ya ha trazado un perfil completo del invasor: ojos que exhiben una ira implacable, tan similar a la paterna; dedos tan largos como las pavorosas garras de Anansi1; y una lengua tan odiosa como el siseo pernicioso de la serpiente.

     El único fuego que iluminaba la habitación se apaga, no fue el viento, por supuesto que no. La misma llama ha optado por huir, extinguirse así misma, y dejar en su lugar un delgado hilo de humo que se mece en el aire en formas espectrales, dejando oscuridad y nada más. Ahora aquella quimera que sólo un loco sería capaz de imaginar, podría estar respirándole en la cara, y no habría forma de notarlo con la vista enceguecida.

     Finalmente, la puerta recién cerrada es forzada, golpeada, empujada. Alguien urgido a entrar sin permiso insiste en hacerse paso a través del umbral que determinaría el futuro del pobre chiquillo.

     El cuerpo ya ha cedido al miedo cerval que comenzó como un castigo autoimpuesto, y mucho tiempo antes ya lo había hecho el cerebro. Un sudor profuso que inicia en su lúcida frente y termina deslizándose a través de su piel hasta sus ojos, quemando sus jóvenes pupilas. Cada músculo de su cuerpo, contrayéndose sin control alguno, padeciendo un ataque de electricidad que atraviesa hasta la última fibra de su ser. Un frío glacial que recorre toda su espalda, y termina derribándolo contra el suelo. Sólo allí, sosteniéndose las rodillas, meciéndose al borde de la locura, sintiendo un corazón que azota su pecho con latidos severos, inexorables.

     ¿Cuanto tiempo permanecí allí en ese lamentable estado? Quién sabe. Es difícil de calcular cuando no queda un solo sector del cerebro cuerdo. Probablemente fueron quince minutos, pero yo podría haber contado meses, meses largos de riguroso encierro, ahí cautivo dentro de una jaula de pavor déspota y encarnizado. Sin duda es difícil recordar cuando te apalean con agua fría todas las mañanas, y te esposan con esta horrible camisa blanca que te inutiliza los brazos. Por supuesto que me encantaría recordar que sucedió luego, talvez así me dejen salir algún día de esta celda acolchonada, pero cada vez que un atisbo de aparente razón me asalta mientras duermo, lo que veo me conmociona tanto, que prefiero no seguir recordando.
_________________________________________________________________________
1Anansi es un dios menor de África occidental que es representado como mitad hombre y mitad araña, en ocasiones como una araña gigantesca. Se le describe como un dios embustero y engañoso


N. del A. “In loco parentis” es una frase latina que podría traducirse al castellano como “En lugar de los padres”, más utilizada en materia legal, que representa que alguien distinto de los padres legales del menor, va a asumir una serie de responsabilidades para con este.

sábado, 21 de septiembre de 2013

44 consejos para escritores jóvenes



1.       Copiar en fichas todos los finales que se nos ocurran para un relato así como sus inicios, probar todas las combinaciones posibles y elegir la más eficaz.

      2.       Contemplar la vida, los hechos, los sentimientos, las cosas, las palabras... con actitud de asombro, de extrañeza, y escribir a partir de las nuevas percepciones que así tengamos de todo ello.

3.       Inventar nuevas formas de enfocar nuestros actos cotidianos y escribir sobre ellos.

4.       Mirar los objetos de nuestra casa como si pertenecieran a otro mundo y escribir sobre la nueva forma de percibirlos.

5.       Inventar un mundo en el que las personas hablen con las cosas y las cosas hablen entre sí.

6.       De entre todas las ideas que se agolpan en nuestra mente, apuntar una; la más simple, la más atractiva o la primera que podamos atrapar, sin preocuparnos por perder las restantes en el camino.

7.       Es bueno relajarse unos minutos antes de comenzar a escribir, concentrarse en la respiración, para dejar fluir los pensamientos; coger al vuelo palabras que pasen por la mente y llevarlas a la página.

8.       Se puede trabajar con listas existentes, tales como las del listín telefónico, la carta de un restaurante o la cartelera de los cines.

9.       Plantearse la mayor cantidad posible de formas de soledad existentes para desarrollar en un texto la que más nos conmueva.

10.   Observar lugares bucólicos y describirlos. Extraer noticias truculentas de periódicos sensacionalistas y ambientar los sucesos en dichos lugares.

11.   Estar alerta cuando nos sentimos angustiados para rescatar aquellas imágenes que dan forma a la angustia.

12.   Escribir sin estar pendientes del calendario, del reloj ni de lo que consigamos; simplemente, hacerlo.

13.   Escribir sobre un tema, elegido a conciencia, que nos produzca la más intensa e íntima liberación.

14.   Imaginar varias situaciones que ocurren en distintos lugares a la misma hora como método para contar algo desde distintos puntos de vista.

15.   Repetir un mismo itinerario mental en distintas ocasiones para comparar resultados y recoger la mayor cantidad posible de material vivencial.

16.   Imaginar un viaje de afuera hacia adentro y otro de adentro hacia fuera de uno mismo y escribir "durante" el viaje.

17.   Planificar un viaje interior por el territorio que sea más propicio para las representaciones imaginarias.

18.   Practicar el aislamiento durante un período programado de tiempo que puede ir desde un día completo hasta una semana, un mes... y anotar lo que experimentamos en ese lapso.

19.   Escribir un texto a partir de la comparación de dos realidades: recuerdos, sueños, experiencias vividas, sonidos, perfumes...

20.   Escribir un texto a partir de semejanzas y diferencias que resulten de compararse uno mismo con otra persona.

21.   Encontrar las palabras que más placer nos produzcan o más significaciones nos provoquen para constituirlas en componentes de una imagen.

22.   Apelar a nuestros sentidos diferenciando aromas, sabores, sonidos, observaciones y sensaciones táctiles de todo tipo para incluir en nuestra lista para constituir imágenes.

23.   Dividir un objeto en el mayor número posible de piezas que lo componen para jugar con ellas en un texto, llamando al objeto por el nombre de algunas de esas piezas o partes.

24.   Inventar situaciones, personajes, conceptos que nos permitan transgredir las funciones del lenguaje.

25.   Reunir todo tipo de géneros y discursos y a partir del contraste entre dos de ellos, para constituir una narración: noticias periodísticas, telegramas, poemas, diálogos escuchados al pasar, etcétera.

26.   Analizar todo tipo de palabras buscando la mayor cantidad de explicaciones posibles que en torno a ellas nos aporta material para un texto o nos permite, directamente, constituir el texto.

27.   Inventar imágenes inexistentes, con mecanismos similares a los productores de frases hechas, y desplegarlas literalmente en un texto.

28.   Tomar una idea conocida y asombrarse frente a ella como si nos resultara desconocida como método para conseguir material literario.

29.   Coleccionar refranes de distintas procedencias para trabajar con ellos en un texto.
30.   Inventar refranes y jugar con su sentido literal.

31.   Prestar atención a los episodios cotidianos, y convertir cada mínimo movimiento ocurrido en un espacio común -un bar, el metro, un edificio, la playa- en un episodio capaz de desencadenar otros muchos.

32.   Elegir momentos a distintas horas del día y describir todo lo que sentimos y lo que sucede a nuestro alrededor, más cerca y más lejos.

33.   Inventariar palabras a partir del alfabeto y crear entre ellas un itinerario, el esqueleto de una historia.

34.   Tomar todo tipo de secretos: un "secreto de familia", un "secreto de confesión", "el secreto de estado", "el secreto profesional", como motores de un texto.

35.   Hurgar en nuestro mundo interior, rescatar de él algún aspecto que no nos atrevemos a expresar y ponerlo en boca de un personaje.

36.   Confeccionar una lista de afirmaciones y otra de negaciones como posible material para un texto en el que se omita algo específico.

37.   Invertir el mecanismo lógico: secreto/confesión, es una manera de enfrentar la ficción. En consecuencia, partir de una confesión para luego inventar el secreto.

38.   Emborronar folios durante diez minutos exactos cada día. Al cabo de cada mes (y por ninguna razón antes) leer lo apuntado. Dicha lectura constituirá una grata sorpresa para su autor. Dado que escribió asociando libremente, el material acopiado será heterogéneo y muy aprovechable para ser transformado en texto literario.

39.   Contar lo diferente y no lo obvio de cada día.

40.   Trazarse un boceto de escritura "en ruta" y atrapar las ideas susceptibles de ser incorporadas a nuestra futura obra.

41.   Recopilar anécdotas ajenas y apropiarse de algún detalle de cada una o de su totalidad.

42.   Del intercambio de textos con otros escritores pueden surgir propuestas y comentarios reveladores.

43.   Imitar una página del texto de un escritor consagrado y comprobar el ensamblaje de las palabras.


44.   Rescatar la espontaneidad del niño. Jugar y crear con todo lo que se tiene a mano.

martes, 17 de septiembre de 2013

Ignis Naturam Renovatur Integram


Era una citadina tarde de aguacero,  como muchas otras, en la que  solía liberarme a las calles de la capital  con el fin de intentar apaciguar mi atormentada mente. ¿Qué clase de sufrimiento podría tener? Era un tipo común y corriente, el típico empleado público con un trabajo burocrático que no odiaba, pero tampoco estimaba y que me daba sustento para llevar una vida lo que se dice “modesta” alquilando un apartamento en uno de los destartalados edificios del centro de la ciudad, en dónde vivía solo. ¡Eso era!, la soledad, la que había borrado lentamente mi alma hasta dejarme totalmente desposeído de una, esa era la raíz de mi mal.  Las caminatas bajo la lluvia me tranquilizaban, me agradaba ver las gotas deslizarse por las grises y barrocas paredes de los viejos edificios, puede que suene patético, pero eso me hacía sentir nostálgico. Otro de los disfrutes de un desalmado cómo yo, era el sentarse a observar el paso de las personas por la avenida,  algunas veces me causaba gracia observarlos sumidos en sus pequeños mundos, otras y debo decir que la mayoría, ansiaba sus insignificantes problemas, porque en el conflicto esta la sazón de la vida, la cual desde hace mucho carecía.

Aquella tarde me dirigí a la pequeña soda desde donde solía pensar todas esas cosas. Encantador lugar, parecía haberse quedado estacionado en el tiempo, con oscuras paredes de madera, sus mesas de metal con plástico y sus cuadros del Corazón de Jesús y la Última Cena. Iba a proceder a realizar mi habitual orden a la robusta  dueña del local, cuando de repente algo cautivó mi atención, una hermosa cabellera roja, peinada delicadamente como los pétalos de una rosa, parecía capturar y reflejar  los últimos rayos vespertinos que se habían infiltrado en aquel lugar.  La cabellera se volteó para dejar asomar un fino rostro de porcelana adornado por dos pupilas azules, ¡aquella mujer parecía ahora brillar con un halo de luz propia! En aquel momento ese encendido cabello prendió la vela de mi corazón y sentí un fuego recorrer repentinamente por todo mi cuerpo ¿Acaso era eso estar vivo? Ese conjunto de emociones se transformaron en un deseo, ella tenía mi alma, tenía que poseerla. Desde ese momento mi vida se transformo en una espiral de dolor, muchas tardes me senté a mirar a Madeleine, que así supuse que se llamaba. ¿Hablarle?, ¡jamás! esa era una habilidad que los desalmados como yo, hace largo tiempo habíamos perdido. Cuánto más la veía más vivo me volvía a sentir, pero mayor era mi frustración. Hasta que de repente  un pensamiento que había intentado suprimir brotó en la forma de una visión onírica, era una oscura voz que recitaba una extraña frase gnóstica que decía más o menos así:

Ignis naturam renovatur integram

Comprendí entonces que  ya no había marcha atrás, debía cazarla para recuperar mi espíritu.

Era otra citadina tarde de aguacero, me había alistado durante semanas ¿meses quizá? poco importa, de la manera más maliciosa, para llevar acabo mi cometido. Aquella tarde la seguí como tantas veces, pero en esta ocasión sentí el pánico que emanaba, esto lejos de refrenarme, extrañamente me impulsó a finiquitar mi misión. Su miedo me hizo conducirla por calles que ninguno de los dos había cruzado jamás hasta  que  en un instante la tuve apretujada contra mi, su trémulo aliento acariciaba mi garganta, ¡cuánto lo disfrute! Usando  oscuras prácticas la sumí en un estado de inconsciencia. ¡Era mía! Recorrí  todo su cuerpo, en especial ese hermoso y maldito cabello color de fuego,  causante de todo este laberinto, lo sostuve bajo a mi rostro y sentí la curiosidad de olerlo, destilaba un aroma similar a los azahares  de esas florecillas de campo, me encontraba disfrutando de aquel aroma  hasta que lentamente todo alrededor empezó a perder su forma, de repente perdí totalmente la visión, un aura de luces multicolores apareció  de forma súbita frente a mi. Sus formas se alargaban y estiraban extrañamente. Luego escuché extraños cánticos  y observé flores que se abrían y marchitaban en cuestión de segundos, nubes atómicas se extendían por doquier y una multitud de ángeles y demonios me acosaban. Madeleine apareció entre todos ellos, vestida en una túnica de seda. Se acercó levitando hacia mí y observé cómo la túnica se empezaba a teñir de sangre. Introdujo la mano en su pecho izquierdo y besándome en la frente me ofreció su corazón encendido en llamas, con su dulce voz me dijo:

He aquí, que yo hago cosas nuevas.”


Un haz de luz me encegueció y lloré, lloré como un recién nacido que despierta a un nuevo mundo.  De pronto me encontré en mi dormitorio, Madeleine estaba dormida junto a mí, nuestro lecho era lentamente abrasado por las llamas. ¿Acaso era eso estar vivo? 

Credito de Arte Fotográfico: 
José G. Arguello González